ORIGEN
DE LAS CENTRALES NUCLEARES
El
inesperado descubrimiento de los rayos X en 1895, la ciencia siguió
la senda de los misteriosos fenómenos radiactivos. Los experimentos
de Eugen Golstein con rayos catódicos ponen en la pista a los
científicos para detectar el electrón. Las investigaciones de Marie
y Pierre Curie con mineral de uranio llevan al descubrimiento de
otras sustancias hasta entonces desconocidas y aún más radiantes,
entre ellas el radio.
Ernest
Rutherford, es quien demuestra la estructura interna del átomo. En
1913 el físico Niels Bohr desarrolla una hipótesis mejorada
para explicar la estructura del átomo. Bohr postula que los
electrones están dispuestos en capas definidas, o niveles cuánticos,
a determinadas distancias del núcleo cumplimentando ciertas
condiciones. Su formulación permite salvar inconsistencias con la
física clásica del primer modelo. Se intuye que el funcionamiento
de complejas fuerzas dentro del átomo cuya comprensión posibilita
dos décadas más tarde modificar con éxito la estructura de sus
propios núcleos. Antes de 1914 se había detectado en los
experimentos de rayos catódicos una partícula con carga positiva
cuya masa es igual a la masa del hidrógeno. Rutherford sugiere ahora
que pese a su desproporcionada masa es equivalente aunque con carga
positiva a la del electrón, la nueva partícula será denominada
protón.
Posteriormente,
el físico danés Niels Bohr anuncia a la comunidad científica, a
pesar de sus reservas iniciales, un fenómeno inédito, la
fragmentación del núcleo del uranio. El fenómeno será conocido a
partir de entonces como fisión. La fisión del uranio, libera cerca
de diez veces más energía nuclear por núcleo que cualquier otra
reacción nuclear de las conocidas hasta entonces y además es
susceptible de propagarla mediante una reacción en cadena. En 1942
en EE.UU. el físico Enrico Fermi y sus colaboradores construyen en
la Universidad de Princeton, la primera pila atómica, el suceso da
paso a la primera reacción nuclear controlada en la historia de la
humanidad y servirá de modelo para centrales electro-nucleares y en
lo inmediato para construir las primeras bombas atómicas. En 1945,
en secreto, en EE.UU. es detonada en medio de una gran expectativa la
primera bomba atómica experimental, de 19 kilotones bajo el nombre
clave de Trinity, paso previo a los bombardeos sobre Japón en
agosto. En 1949 se realiza en Siberia su primera prueba atómica. En
1952 también Gran Bretaña se incorpora como potencia nuclear así
como Francia y China acceden a la bomba durante 1960 y 1964
respectivamente.
En
1956, en Gran Bretaña pone en funcionamiento la primera central
nuclear comercial en el mundo. La planta denominada Calder Hall
cuenta con una capacidad de generación de 196 MW y está localizada
junto a un complejo de instalaciones de procesamiento nuclear en las
adyacencias de Windscal. El complejo será conocido años más tarde
como Sellafield. El reactor el primero de una serie de cuatro de un
plan aún más ambicioso seguirá en funcionamiento hasta 2003.
En 1957 se establece con el apoyo de 81 naciones, la Agencia
Internacional de Energía Atómica (IAEA), una iniciativa que
reconoce como antecedente la advertencia formulada cuatro años antes
ante la ONU por el presidente de EE.UU. Dwight Eisenhower acerca de
la necesidad de contar con un estatuto internacional que supervise la
seguridad del uso de la energía atómica en el mundo.
En
la década de los sesenta, EEUU. lanzó el primer programa nuclear
destinado a la generación de electricidad. Aunque cuatro años
antes, en Reino Unido se inauguró Calder Hall, la primera central
nuclear del mundo. Poco después, otros países industrializados
siguieron el ejemplo llevando a cabo sus propios programas de
construcción y explotación de centrales nucleares. La estabilidad
económica, el fuerte crecimiento de la demanda eléctrica y sus
prometedoras expectativas económicas fueron el motor del desarrollo
de esta fuente energética.
A
principios de los años setenta se produjo el impulso definitivo a la
energía nuclear dentro de los planes energéticos de muchos países
industrializados como Alemania, Canadá, Italia y Japón. Destaca la
fuerte apuesta por el desarrollo de la energía nuclear que realizó
Francia. A su vez, otros países como Méjico, Brasil, Taiwan y Corea
se prepararon para iniciar sus programas nucleares.
FUENTE