"Ciencia y Tecnología" por Manolo: Trabajo de Jesús López de la Mazanera

Marquesina

"AQUÍ NO NOS DETENEMOS A MIRAR EL PASADO POR MUCHO TIEMPO SIGUE SIEMPRE ADELANTE, ABRIENDO NUEVAS PUERTAS Y HACIENDO COSAS NUEVAS. SÉ CURIOSO" Walt Disney.

miércoles, 21 de enero de 2015

Trabajo de Jesús López de la Mazanera



Catástrofe  nuclear en Japón. Fukushima

El 11 de marzo del 2011 un terremoto de 8'9 grados tuvo lugar en el noroeste de la costa de Japón. Ese terremoto y un  posterior tsunami, produjeron el accidente nuclear más grave de la historia, después de Chernóbil, el accidente de Fukushima.



En el momento del terremoto, la central  disponía de 6 reactores, tres de ellos estaban funcionando mientras que otros tres estaban parados por motivos de mantenimiento; los que estaban en funcionamiento se pararon automáticamente. Tras el fallo del sistema de refrigeración de los reactores de la central nuclear se realizaron emisiones controladas de gases radiactivos al exterior, para reducir la presión en el recinto de contención, emitiendo una cantidad no determinada de partículas radiactivas. Se detectó en el agua del interior de las instalaciones un nivel de radiación cien mil veces por encima de lo normal, posiblemente procedente de una fuga del reactor, estos niveles de radiación dificultaban las labores de los operarios. Se detectó plutonio fuera de los reactores. Pocos días después del accidente también se detectó yodo radiactivo en el agua corriente de Tokio. Murieron casi  16.000  personas, 300.000 fueron reubicadas. Dada la magnitud del incidente, las autoridades declararon inmediatamente el «estado de emergencia nuclear»,  se evacuó a la población de la zona, se  inyectó agua marina y ácido bórico en alguno de los reactores y se suministró yoduro de potasio a la población. 






 Han pasado casi cuatro años desde aquel terremoto que destrozó la central nuclear, pero los efectos de la radiación liberada empezamos a conocerlos ahora, la radiación ha provocado daños genéticos y aumento de las tasas de mutación en las células reproductivas y no reproductivas de varias especies de la zona.
La contención de la radiación que escapa de Fukushima ha sido una tarea prioritaria para el Gobierno japonés sin embargo, tras varios escapes serios, no se han conseguido resultados definitivos. El último proyecto para contener definitivamente los escapes fue la construcción de un gigantesco muro de hielo subterráneo que sirviera para cercar los restos de la central, una protección que se prevé esté terminada en este nuevo año.